La elección de trabajar como autónomo (empresario individual) o crear una sociedad limitada es una cuestión que siempre está encima de la mesa cuando alguien decide comenzar un negocio.
Cuando una persona toma la valiente decisión de emprender un negocio, desconoce muchos aspectos que nadie le dice. La mayoría de pequeños emprendedores, comenten siempre el mismo error: fijarse sólo en los costes. Se olvidan de algo que en muchas ocasiones resulta de una importancia extrema: la responsabilidad que asumen.
Cuando desarrollas un negocio como empresario individual, tú como persona física asumes el 100% de las responsabilidades de cualquier aspecto del negocio:
- responsabilidad civil por daños y perjuicios
- responsabilidad laboral frente a tus empleados
- responsabilidad jurídica frente a deudores y acreedores
- responsabilidad fiscal frente a Hacienda
- responsabilidad penal ante reclamaciones
En resumen: toda la responsabilidad la asume el autónomo, y ante ella, responde íntegramente con todo su patrimonio, desde su cuenta corriente, un coche, una moto, una vivienda….lo que sea que tenga a su nombre, responde.
Con una sociedad, el dueño y la sociedad son personas distintas. Es la sociedad quien responde ante terceros. El socio responde sólo por el capital aportado (que hoy en día puede ser 1 Euro).
Hoy en día, se extiende la tendencia creciente a poner una demanda por cualquier cosa (propio de países como USA) y, sobre todo, crece sin parar la voracidad recaudatoria de las Administraciones y en especial la AEAT. Es algo verdaderamente alarmante, cebándose sobre “las presas más fáciles”: los autónomos.
En España, ser emprendedor es una profesión de riesgo y propia de héroes. No olvides esto.
Para entenderlo con un ejemplo, supongamos que compras un coche nuevo que te ha costado un buen dinero y te dispones a circular por carreteras “peligrosas”. ¿Qué seguro contratarías? ¿un seguro a terceros o un seguro a todo riesgo? Pues en el caso de un autónomo, es como si directamente no tuvieses ningún seguro.
Es cierto, que los costes de gestionar una sociedad son más altos que los de un autónomo, pero ¿no pagas más por un seguro a todo riesgo?
Antiguamente, crear una empresa era un proceso largo y costoso. Se tardaba casi un mes, y suponía un desembolso de más de 4.000 Euros (entre capital y gastos). Hoy el proceso dura 48 horas, y el importe total que supone crearla no supera los 200 Euros.
Por desgracia tenemos cada vez más casos de autónomos con serios problemas personales, derivados de responsabilidades en el desarrollo de su actividad económica.
Nosotros lo tenemos claro: tener una sociedad es la única alternativa posible. Siempre, siempre, siempre desarrolla tu negocio con una S.L.